Halcones y Palomas

Al parecer no todo es paz y armonía por estas horas en el Cerro Paceño. Según trascendidos, la relación entre algunos "pesados" del plantel estaría mas tirante que nunca desde la gira a Córdoba, que ciertos referentes compartieron con integrantes de la barra para de inaugurar una peña. De cara al debut en el Torneo de la Providencia, algo se quebró en el equipo.
Todo habría comenzado cuando el siempre vigente goleador Pedro Caruso habría intentado avanzar sobre la mujer (de turno) de uno de los mas famosos hinchas caracterizados del Cerro, "El Ratón". Esta actitud fue recriminada, a la salida del entrenamiento vespertino del miércoles, por Agustín Diorio, a quien lo une una misteriosa amistad con el barra (Algunos dicen que ambos se reparten la mayor parte de la recaudación). "Caruso roba minas", disparó Diorio ante la absorta mirada del plantel paceño. El 9, por su parte se defendió: " La única mina que robaría es la mamá de Guchi (apodo con el que se lo conoce a Diorio)". Esto fue, quizás, la gota que rebalsó el vaso. "Haciéndote el gracioso no te vas a escapar de la verdad", le recriminó un crispado Diorio, actitud que motivó la intervención de algunos referentes para apaciguar las aguas. Sin embargo los ánimos ya estaban caldeados. Tomás Viscoli, quien intentó ser uno de los primeros mediadores, fue señalado por su falta de compromiso con el equipo: "Viru lleva las gaseosas bien frias en el pecho asi que no compren nada", disparó un cada vez más acido Caruso. Por su parte el arquero titular, y una de las principales voces del equipo, Martin Masera, aprovechó la confusión que generó la discusión para reclamar por las primas que se le adeudan, apuntándole claramente a dos integrantes del equipo: "Mejor empiecen a poner la platita en vez de huevos, Negro y Viru...llevenmé el dinero al partido sino atajan ustedes dos". Áspero y claro. Sin embargo, terminado el cruce verbal ningún integrante del plantel quiso dar mas declaraciones sobre los hechos, una actitud que se entiende como un principio de acuerdo interno.
En suma, el Cerro Paceño no pasa por su mejor momento. Si bien el plantel está motivado, la conjunción de jugadores jóvenes con viejas glorias no termina de armar un esquema de convivencia que permita encarar una semana de entrenamientos sin rencillas. Habrá que confiar en el pulso del cuerpo técnico, que deberá enfrentarse con profesionales que cobran fortunas y se dice que ya no sienten la camiseta. Si vence en esa batalla habrá conseguido la ecuación de la victoria. Que así sea. Por el bien de ellos. Por el bien de todos. La gente quiere alegrías.

Por NM.