lunes, 28 de septiembre de 2009

ESCONDAN LAS PELOTAS... QUE A NOSOTROS NOS SOBRAN


El pasado sábado El Cerro demostró porqué es que siguen peleando ahí arriba. En lo que fue seguramente el partido de la fecha, los paceños recuperaron un valiosísimo punto, consiguiendo un empate en los últimos 2 minutos.

El partido se vio demorado en el comienzo debido al parecido de las camisetas. El inconveniente estaba en la falta de casacas que suele proporcionar LA PROVIDENCIA en estos casos. Los de la pelusa tenían consigo su camiseta suplente, con la cuál nunca pudo vencer al cerro, pero querían que fueran sus rivales quienes la porten (algo no muy lógico) y ellos jugar con la titular. De más está decir que no se aceptó, por lo que la famosa "moneda" fue quién determinó finalmente que iban a ser los de Blanco y Celeste quienes porten estos colores tan queridos y más disputados que nunca, mientras que los peluseros terminaron jugando con esa camiseta que tantas veces se redimió frente su padre.

Ahora sí, cambio de lado, pitazo inicial y mueven los campeones. Poco control de la pelota por parte de ambos equipos durante los primeros minutos, nadie quería arriesgar mucho y apenas pasaba mitad de cancha salía disparado el pelotazo. La primera clara fue del cerro; vino de un centro del capitan, de una pelota parada en tres cuartos de cancha hacia la olla: entre algún rebote, logra conectarla el 5 de rastas oscuras y cuando parecía que venía el primero del día, su dupla de la mitad de la cancha, el doble 5 de similar peinado, en su afán de asegurar el gol, hace todo lo posible para evitar que esto suceda. El empate seguiría siendo entonces el parcial resultado de la tarde. No iba a ver muchas otras jugadas de peligro a lo largo del primer tiempo, algunas llegadas entre los delanteros y dos penales claros a valentín, no cobrados por un árbitro que en ningún momento de la mañana supo cumplir con su trabajo (El Gordo juani desde afuera, lesionado, se encargó de hacérselo saber en reiteradas ocasiones mediante duros insultos relacionados con su madre).
Llegando al final del primer tiempo, un contrataque de los de azul oscuro encontró mal parada a la defensa paceña y casi que el "Panti" mete lo que probablemente hubiese sido el gol de su vida, a no ser por el travesaño que lo negaría de esta posibilidad.

Se iba el primer tiempo de una calurosa mañana en la cancha 5 (alias "El morumbí paceño"). El equipo se refrescó un poco, se aclaró el concepto de seguir jugando como venían haciendolo, con paciencia, sin caer en la desesperación y tratando de tener la pelota; algunos cambios en la delantera y en el medio campo y a dentro devuelta.

El partido iba a mantener el mismo nivel que en el primer tiempo, con el marcador igualado en cero hasta que a los 15 minutos apróx. los punteros convierten el primero: tiro libre desde la derecha que Diego Maciel supo colocar por arriba de la barrera y conseguir así el 1-0.


Los paceños tendrían su chance para empatarlo, y de la misma manera: a través de un tiro libre ejecutado por Michi que dio en el travesaño y luego en el rebote, el Jinete no logró empujarla hacia adentro.

Si bien los albicelestes lograron mantener la calma, al pasar los minutos se hacía cada vez más difícil y de a poco comenzaron a arriesgar un poco más llevando el equipo hacia adelante, hasta que en un descuido, con un buen desborde llegaría el 2-0 de la pelusa. Gol muy gritado, mucho festejo, gente adentro de la cancha...Parecía nublarse el mediodía para el cerro y las chances de recuperar la punta se veían cada vez más lejanas.
Ya llegando al final del partido, el 7 del cerro (quién se recordó llevar la pimienta en este partido) recupera una pelota en el medio, la abre hacia la derecha para Mauro que la domina bien, se la lleva un poco, mete una gran asistencia a Meroni y éste define de primera de 3 dedos colocándola por la derecha del arquero. Buen gol, con dientes apretados.
Al querer agarrar la pelota para llevarla al medio, se produce un incidente en un cruce de palabras entre el 10 del cerro y el arquero, mientras que los defensores levantaban la red del arco para patear la pelota hacia afuera y los suplentes de la pelusa y su gente tiraban más de una pelota al campo para seguir retrasando el juego, frente a lo que el árbitro puso orden por primera vez, aclara que iban 39 minutos y que se jugarían 2 más.

Se ponía caliente el partido, dramático final: El Cerro no quería irse con las manos vacías, sabía que no podía perder el clásico de esa manera y en un intento de remate al arco del recién casado negro mantovani, la pelota se desvía, la toma Valentin, encara al fondo, y al igual que en muchos otros partidos tira un centro espectacular al cerebro del 7 , que venía midiéndola desde el centro del área, salta entre los centrales el chiquitín, le mete el frentaso y se las manda a guardar en el centro del ojete.

Los de la pelusa no lo podían creer, no pudieron bancar el resultado y en menos de 3 minutos los paceños consiguieron llevarse a casa un punto muy preciado y muy festejado, dejando bien en claro porqué a papá no se le grita en la cara.



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