Los chicos del Cerro se abrazan: la hazaña está consumada
El Cerro la pasaba mal contra Rolito; dos goles de pelota parada lo dejaban con las manos vacias. No solo se disolvia la posibilidad de salir campeón, sino también la de ascender de forma directa, algo impensado semanas atrás. Sin embargo en el segundo tiempo los paceños metieron a los amigos de Riquelme (por el hielo) en un arco y cuando la presión arreciaba, el improvisado DT Lucas Bernia rearmó la defensa con una linea de 3 para poner mas gente en ataque: Fue 3-2 y final con Antifulbo. ¿Elvira? metió la pata de más y lo mira por TV.
A veces el fútbol no sabe de lógica y regala hazañas dignas de las tragedias griegas. Hazañas donde los héroes se sobreponen a cuanto obstáculo se les ponga enfrente con tal de cumplir su destino épico. Porque el fútbol, casi sin lugar a dudas, es la arista de la vida donde es más factible que los sueños se hagan realidad.
La historia da cuenta de muchos de estos momentos: hubo una vez, allá por tierras aztecas, un morochito retacón que, con la número 10 albiceleste, tocó el cielo con las manos, después de eludir a media Gran Bretaña. Otra vez, ese eterno guerrero al que algunos llaman el Optimista del Gol, entró a la cancha con una pierna menos y, contra su más acérrimo rival, inscribió su nombre (y el de su equipo) en la historia grande.
Sistemáticamente este juego regala emociones, da premios y quita ilusiones. Y, al parecer, logra equilibrar todo de modo que, a fin de cuentas, la historia termine como tiene que terminar, sin que nada sea injusto.
El Cerro Paceño fue, sin lugar a dudas, uno de los dos mejores equipos de la D en este Apertura. Puntero durante más de la mitad del torneo -en soledad o compartido-, no solo mostró pasajes de gran juego sino que le ganó a sus dos inmediatos perseguidores, Elvira y Antifulbo, de manera clara. Sin embargo, el eterno capricho del futbol casi lo deja afuera.
Elvira y Antifulbo tenían la ventaja. El que ganaba juntaba las fichas y se iba a casa con todo el pozo. Incluso el que perdía podía quedarse con el premio consuelo del ascenso, desterrando al Cerro a una injusta promoción. Solo un empate entre ambos y un triunfo paceño podía arruinar la fiesta de unos pocos.
Y el fútbol una vez más acomodó sus piezas para que la injusticia no sea parte de las cuentas finales. El Cerro ganó y la mano invisible de la pelota hizo que Antifulbo y Elvira empaten, catapultando a los paceños a la final. Para terminar el trabajo, castigó a Elvira, el que más pegó, el que más discutió y el más desleal, con la promoción, y premió el esfuerzo, la constancia y el afán de superación de Antifulbo con la final.
Ahora el sabado a las 16 se define el pleito. Cerro y Antifulbo; por diferentes cosas, los dos mejores equipos de la D. Habrá que prepararse, habrá que alentar y estar concentrados. Pero fundamentalmente habrá que rogar porque esta historia quiera tener al equipo paceño como su protagonista excluyente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario