En su esfuerzo por contribuir a un fútbol mas transparente, elblogdelcerro publica la segunda entrega de Página Negra, una serie de investigaciones especiales realizadas por el célebre periodista croata exiliado, Mirko Rupto, sobre violencia y desmanejos en el mundillo de fútbol. En esta nueva nota, Rupto intenterá desentrañar los ejes de la dudosa amistad que existe entre miembros del equipo titular y los turbios integrantes de La Muñiz, la feroz barra brava del club. El Ratón y El Gordo Cordoba junto Meroni y Mantovani, del Cerro. Atrás, Horacio Berisso, de Caseros Jugador S.A "Este es Julio, pero todos le decimos el Ratón...te imaginarás la razón". Con esta frase un mediocampista titular del Cerro Paceño le presentaba a uno de los delanteros titulares a Julio Erik Fossa, actual jefe de La Muñiz. Era una tarde soleada y el diálogo se daba en la intersección de las calles Angel Delía y Avenida Mitre, en el partido de San Miguel. A media cuadra el barrabrava tenía su departamento.
La razón era ni mas ni menos que el parecido. Fossa siempre fue conocido como El Ratón por su sorprendente similitud con este roedor, y ha hecho de ese apodo casi una palabra prohibida entre sus enemigos. Algo así como un Lord Voldemort del Conurbano Bonaerense. Ese día comenzó una amistad que luego se extendería con casi todos los miembros del plantel y que tendría consecuencias pavorosas para todos los implicados.
Poco a poco El Ratón y los distintos miembros de La Muñiz fueron acercándose a los jugadores. Algunos dicen que la comodidad fue el eje de todo. El Daewoo Tico, propiedad del Ratón, siempre estuvo disponible para el traslado de los jugadores, ya sea a los entrenamientos como a los locales bailables nocturnos. También algunos paceños eran habitués de las propiedades del barra, ya sea para fines noc sanctos como para pasar una noche porque sus casas quedaban muy lejos y el colectivo no parecía una posibilidad muy tentadora. Julio siempre estuvo ahi. Y los jugadores se sabían en deuda con el violento. Otros hablan de acuerdos económicos. Deudas de juego, de alcohol o favores con mujeres de la noche. La única realidad es que casi todos los jugadores terminaron debiéndole algo al barra.
Si bien no hay ninguna confirmación oficial, hoy se sospecha que varios paceños tienen linea directa con El Ratón. Celulares, msn, facebook, siempre hay un contacto. "A Julio lo conocemos hace tiempo, a él le gustó nuestro juego y nuestro fanatismo por el boliche y se prendió a seguirnos. Después nos fue presentando a chicos como El Gordo Córdoba y Jero, que creo que le dicen El Rojo, pero no hay otro tipo de relación que no sea de cordialidad", declaró a este cronista un importante integrante del plantel.
Lo cierto es que Fossa explota esos favores con los integrantes del plantel desde hace tiempo. Presiona a jugadores y a dirigentes desde que se creo el Cerro para que le entreguen dinero para la nafta del Tico, para las banderas e, incluso, estaría viendo la posibilidad de gestionar un porcentaje del pase de Diorio para depositarlo en el pujante fútbol turco. En el partido contra Rústico se lo vio manteniendo una charla muy animada con Horacio Berisso, cara visible de
Caseros Jugador S.A, la empresa que representa a todo el equipo del Cerro. Todo eso descontando que es vox populi su amistad con Pedro Caruso, con quien comparte acciones de un conocido privado de la zona Oeste, y quien habría sido el nexo entre el violento y la dirigencia del club para conseguirle al Ratón, a Jerónimo, a Cordoba y al Cubano jugosos contratos para figurar como si fueran empleados del club, con sueldos que ascienden, en algunos casos, a los 3000 pesos.
Por mas que los jugadores lo quieran negar algo no huele bien en los pasillos del Cerro. Muchos dicen que este aroma es, en realidad, el alcohol que emana de los jugadores, que con dos partidos a las 4 de la tarde han hecho una triunfal vuelta a los boliches de San Miguel. Pero esto no es cierto. El hedor es el de la corrupción que azota desde hace tiempo a este joven club que está haciendo sus primeras armas en la D del Torneo de la Providencia. Esperemos que esta connivencia nefasta no repercuta en la realidad del equipo, como hasta ahora no ha pasado. Pero habrá que ver cuales serán las exigencias de Fossa y de toda La Muniz una vez que el Cerro siga avanzando en el Torneo. En suma, se sabe que cada jugador tiene una gran y oscura deuda con él.
Por Mirko Rupto